Amor Prohibido! [+13]
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Amor Prohibido! [+13]
Capitulo 1: El primer paso es reconocerlo
Eiros: Desde tiempos inmemorables, todos los humanos de este planeta hemos pensado que solo puede existir el amor entre dos personas de distinto sexo, ¿por qué? Ya estamos acostumbrados a que eso es lo normal y siempre lo será. Un hombre solo podría amar a una mujer y viceversa. Insisto, ¿por qué? Una relación entre un hombre y una mujer pueden dar la vida y tener hijos, así es como somos. Pero, ¿es esa la razón de que solo pueda existir el amor entre personas del sexo opuesto? No lo sabemos con certeza. Desde pequeños y generación tras generación se nos ha enseñado esto así y nunca nos han dicho por qué. Éramos pequeños y hacía caso a todo de lo que se nos enseñaba. Pero que los normal sea una relación entre personas de sexo opuesto no significa que no existan relaciones entre dos personas del mismo sexo. A eso se le ha llamado, y se le sigue llamando, el “amor prohibido”, algo que siempre ha sido tabú en la sociedad de siempre. La relación entre dos hombres o dos mujeres existe y puede ser perfectamente posible, ¿por qué no? Una persona puede amar a otra sin necesidad de que sea del sexo opuesto. El amor es caprichoso, juguetón y difícil de predecir. No sabemos que puede pasar dentro de nuestro corazón y cuando nuestro corazón decide amar a una persona sea del sexo que sea tenemos que aceptarlo y vivir con ello. Es cierto, como ya he dicho una pareja homosexual no pueden tener hijos entre ellos ya que es físicamente imposible, y esta claro que si todo el mundo fuera homosexual se podría extinguir la raza humana y eso sería algo realmente terrible. Un hombre pueden traer la vida entre ellos y creo que es por eso por lo que las parejas del mismo sexo están mal vistas, pero no podemos rechazar algo que existe. El amor es algo que se lo podemos dar a quien queramos y solo nosotros decidimos a quien amar ya sea hombre o mujer. Muchas gracias.
El auditorio entero se llenó de aplausos que el publico le dedicaba al señor Eiros, el cual ya se marchaba del escenario por delante entre el patio de butacas y a medida que pasaba la gente se levantaba mientras seguían aplaudiendo.
Eiros es un escritor joven, pero le gusta que le llamen “señor” y que le traten de usted. Eiros marcó la vida de muchos jóvenes según muchas revistas y programas televisivos, por eso es tan famoso a parte de por su físico envidiable. Por la calle le paran muchas jóvenes para pedirle un autógrafo que él firma con mucho gusto. A pesar de ser famoso tiene una vida bastante normal, vive en un bloque de apartamentos a las afueras de la ciudad y tiene por vecinos a dos chicos de unos veintidós años que viven juntos desde hace un par de años, y siempre que ven a Eiros por el rellano le saludan casi al mismo tiempo.
Lárismo: Buenas tardes señor Eiros.
Vistráer: Buenas tardes señor Eiros.
Eiros: Buenas tardes chicos. Todavía sigo esperando a que me digáis que sois pareja. ¿O seguís pensando lo mismo que siempre?
Vistráer: Ya le hemos dicho que solo somos amantes, no estamos enamorados el uno del otro. ¿Verdad, Lárismo?
Lárismo: Of course my darling. Entre tu y yo nunca habrá más allá de la cama.
Lárismo le coge de los hombros suavemente a Vistráer y le besa como si fuera lo más normal del mundo.
Lárismo: ¿Y usted, señor Eiros, cuando va a tener pareja?
Eiros: Cuando surja, aunque prefiero vivir la vida y disfrutarla sin tener ningún compromiso. ¿No creéis?
Vistráer: Eso hacemos señor Eiros. Somos la prueba tactable de ello.
Eiros: ¿Os lo enseñé yo? No, creo que no. Nunca lo he dicho en ninguno de mis libros. Bueno chicos, me voy.
Lárismo: Chao, señor Eiros.
Vistráer: Cuídese.
Eiros recorrió el pasillo hasta la puerta de su casa y se metió dentro dejando a los dos chicos en el rellano. Cuando ya no podían verle Vistráer le dijo a Lárismo:
Vistráer: Lárismo, eres malo. Te dije que no me besaras delante de él. No me gusta.
Lárismo: ¿No te gusta como beso?
Vistráer: No me gusta que él nos vea.
Lárismo: ¿Te da vergüenza?
Vistráer: ¡Si! Estas cosas me gustan más que me las hagas en privado.
Lárismo: ¿En serio? ¡Pues vente para adentro que te lo voy a quitar todo!
Lárismo arrastró a Vistráer a dentro de su casa agarrándole del culo y le tumbó en el sofá y seguidamente Lárismo se tumbó encima de él y le empezó a desabrochar la camisa, en ese momento Vistráer el dijo:
Vistráer: Lárismo, ¿no te ibas a ir a trabajar?
Lárismo saltó del sofá y se fue corriendo sin decir ni una sola palabra. Lárismo no tenía coche y no le gustaban los transportes públicos a si que siempre iba al trabajo andando pero esta vez se fue corriendo hasta allí. Ya casi estaba llegando a la entrada del trabajo pero de una calle salió un hombre el cual se tropezaron ambos. Lárismo se levantó un poco dolorido del suelo y fue a ayudar a aquel hombre con el que se había tropezado. Al estar los dos de pie, Lárismo le pidió disculpas mientras recogía lo que se le había caído al hombre en el suelo.
Lárismo: Tenga, esto es suyo. Perdóneme, debo irme ya.
El hombre se quedó algo extrañado y Lárismo siguió su camino hacia el trabajo aunque ya supiera que ya llegaba tarde.
Vistráer estaba en casa haciendo la comida para el solo pues Lárismo no llegaba hasta la noche, fue a por huevos a la nevera pero no había ninguno y tuvo que ir a la casa de Eiros a pedirlo, pero antes de ir apagó el fuego por si acaso. Cuando llegó a su puerta llamó al timbre y Eiros abrió la puerta sin dudarlo y saludo a Vistráer:
Eiros: Hola otra vez Vistráer.
Vistráer: Hola señor Eiros.
Eiros: ¿Querías algo?
Vistráer: Bueno, es que estaba haciendo la comida y necesitaba huevos pero me di cuenta ahora que no tenía en la nevera. ¿Me podría dejar unos, por favor?
Eiros: Si, claro. Pasa por favor.
Vistráer pasó a la casa de Eiros. No estaba muy decorada pero si era bonita la casa. Eiros le llevó hasta la cocina y allí abrió la nevera y sacó unos cuantos huevos que se los dio inmediatamente a Vistráer.
Eiros: Aquí tienes guapo, espero que cocines bien. Ahora en un rato me paso por tu casa y me dejas probarlo, ¿vale?
Vistráer: Vale, como quiera.
Eiros: Bueno, pues entonces hasta dentro de un rato. ¡Adiós!
Vistráer volvió a su casa y siguió cocinando hasta que ya por fin tenía la comida hecha. Sirvió su comida en un plato y justo cuando lo puso encima de la mesa el timbre sonó y detrás de la puerta se podía escuchar a Eiros diciendo que le deje pasar. Vistráer le dejó pasar a su casa y Eiros fue directo al plato de comida que Vistráer había preparado, cogió su tenedor y probó la comida.
Eiros: ¡Que rico está! Vistráer, cocinas realmente bien, me gusta mucho.
Vistráer: Muchas gracias señor Eiros. Me alegro de que le guste.
Eiros: Vaya, nunca había visto tu casa, es preciosa. Y en vuestro dormitorio hay cama de matrimonio. ¿Lo usáis muy a menudo Lárismo y tu a parte de para dormir?
Vistráer: Bueno, si, pero no a diario.
Eiros: ¿Te apetece utilizarla conmigo?
Vistráer se quedó un poco paralizado por lo que le dijo pero también le encantaría hacerlo con el. Nunca había tenido oportunidad y ahora podría ser su única ocasión, a si que le respondió que si y los dos se fueron al dormitorio a “usar la cama” como decía Eiros.
La jornada de Lárismo ya había terminado y era de casi de noche cuando fue hacia su casa. Cuando llegó observó que Vistráer no había saltado sobre él como de costumbre para saludarle y decirle que le echaba mucho de menos a pesar de solo haber pasado unas horas. En la mesa se encontró tres platos de comida en vez de dos y se empezó a extrañar.
Lárismo: ¿Vistráer? ¿Estas en casa?
Vistráer: ¡Amor mío! ¿Qué tal en la oficina? ¿Mucho trabajo?
Vistráer salió del pasillo y saltó encima de Lárismo, en el fondo Lárismo lo echaba de menos pero se seguía preguntando porque habían tres platos de comida en vez de dos y al instante Vistráer le aclaró la duda:
Vistráer: Bueno, hoy cenamos con una visita.
Lárismo, de alguna forma extraña, sabía que le diría eso, pero no se imaginó de quien se trataría. El invitado salió del pasillo relajadamente y le saludó:
Omtor: Hola Lárismo. ¿Te acuerdas de mi?
Lárismo: Pues no, la verdad, tengo muy mala memoria fotográfica.
Omtor: Parece que las caídas contra el suelo te afectan mucho. ¿Te hiciste algún chichón?
Omtor se acercó a Lárismo y le miró la cabeza mientras pasaba su mano delicadamente por si estaba herido. Lárismo se acordó de la caída de esta mañana con aquel hombre y se sonrojó y le pidió disculpas de nuevo y le dijo que no hacía falta que lo hiciera.
Vistráer: Omtor me contó como fue vuestro primer encuentro, pero no sabía que eras tu hasta que vio nuestra foto del dormitorio.
Lárismo: ¿Qué fotografía? ¿Esa en la que estamos en el sofá...?
Vistráer afirmó con la cabeza y Lárismo se sonrojó demasiado porque esa fotografía estaba colgada en la puerta y en ella salían Lárismo y Vistráer completamente desnudos uno encima del otro y mientras Lárismo le besaba, Vistráer miraba a la cámara sonriente.
Vistráer: Bueno, Omtor es amigo mío pero llevaba sin verle desde hace algún tiempo y ayer nos encontramos por la calle y le invité a cenar.
Vistráer estuvo contando más cosas de Omtor mientras cenaban, como por ejemplo que era cantante de un grupo de música hace seis años y Lárismo quiso saber más sobre eso:
Lárismo: ¿Por qué ya no eres cantante de aquel grupo?
Omtor: Bueno, empezaron a surgir discusiones entre nosotros por temas que no tenían nada que ver con la música y acabamos separándonos, pero entonces yo tenía dieciséis años.
Lárismo estuvo haciendo cálculos y descubrió que Omtor solo tenía veintiún años, era una autentica sorpresa porque no aparentaba esa edad, sino que parecía algunos años más mayor ya que era algo más alto que ellos y el tono de voz le hacía más mayor aunque era bastante guapo y parecía no ser muy fuerte.
Los tres terminaron de cenar y cuando terminaron de recoger la mesa ya era algo tarde y Omtor llamó por su teléfono móvil antes de irse, pero Vistráer aprovechó para cotillear con Lárismo:
Vistráer: ¿Qué te parece Omtor? Es guapo, ¿a que si?
Lárismo se puso rojo pero le contestó para que no se pusiera pesado.
Lárismo: Si, es guapo, pero no creo que sea mi tipo.
Vistráer: ¡Cómo que no! Es perfecto. Es tan atractivo que no se como puedo resistirme.
Lárismo: Déjalo ya. Pero no creo que sea para tanto.
Lárismo no miraba a la cara a Vistráer porque se estaba poniendo cada vez mas colorado y no quería que le vieran así. Su corazón latía más rápido de lo normal y no sabía que podría ser. Omtor terminó de hablar por el teléfono móvil pero acabó un poco indignado.
Omtor: Vistráer. Parece que no puede venir el transporte que pedí para recogerme por culpa de un atasco y a estas horas no me gusta salir a la calle. ¿Crees que podría quedarme aquí esta noche hasta mañana?
Vistráer: Claro que si, puedes quedarte. Nosotros estaremos encantados de acogerte en nuestra casa. ¿Verdad Lárismo?
Vistráer le miró fijamente a los ojos con cara de asesino en serie y pensando que como desaproveche esta oportunidad le matará aunque Lárismo ya se podía hacer una idea de lo que pensaba.
Lárismo: ¡Claro, claro! Te puedes quedar, por mi no hay ningún problema. Iré a preparar la habitación de invitados.
Lárismo fue a la habitación a prepararla y cuando ya estaba lista llevó a Omtor hacia ella.
Omtor: Gracias por dejarme pasar la noche aquí. Sois muy amables los dos y hacéis una pareja muy bonita.
Lárismo: No somos pareja, solo somos amantes. Entre él y yo nunca habrá amor.
Omtor: Lo siento, pero, ¿estás seguro de que lo que has dicho es lo mismo que piensa él?
Lárismo: Claro que si, si él se lo va aclarando a las personas que dicen lo mismo que tu.
Omtor: Bueno, entonces está bien. Buenas noches Lárismo.
Después de desearle buenas noches a Lárismo le cogió de la cabeza y le besó el chichón que se había hecho esta mañana y Lárismo se volvió a poner rojo, se dio la vuelta y él también le deseo buenas noches a Omtor y acto seguido se fue a su habitación donde le esperaba Vistráer metido en la cama.
Vistráer: Te has vuelto a poner rojo.
Lárismo: No estoy rojo, simplemente estoy acalorado.
Vistráer: Lo que tu digas pero si no aprovechas esta oportunidad esta misma noche no volverás a tener otra con él en mucho tiempo pues no se cuando volveremos a verle.
Lárismo: No me importa, es un tío como otro cualquiera, seguro que encuentro a más otro día. Si sintiera algo por él sería deferente pero como no siento nada, no haré nada.
Vistráer: No te preocupes por mí, estaré bien. Él está en la habitación de al lado, no va a pasar nada malo por echar un vistazo.
Vistráer le empuja con la piernas y le echa de la cama para que se mueva y una vez está fuera continua diciéndole:
Vistráer: A mi no me engañas con cuentos chinos, nos conocemos muy bien y estoy seguro de que si no lo haces te arrepentirás mucho tiempo.
Lárismo: Un vistazo rápido, no me quedaré mucho tiempo. Además, seguro que ya se ha dormido.
Lárismo se levantó del suelo y fue a la habitación donde estaba Omtor pero no entró dentro sino que se quedó en el marco de la puerta observando como dormía o cómo se hacía el dormido pues habló con Lárismo.
Omtor: ¿Qué haces ahí quieto?
Lárismo: ¡¿Eh?! No, nada, es que no podía dormir y he pasado para ver si estabas bien.
Omtor: Puedes entrar si quieres, no te voy a regañar, además quiero hablar con alguien porque yo tampoco puedo dormir.
Lárismo entró en la habitación y se sentó en el borde de la cama.
Eiros: Desde tiempos inmemorables, todos los humanos de este planeta hemos pensado que solo puede existir el amor entre dos personas de distinto sexo, ¿por qué? Ya estamos acostumbrados a que eso es lo normal y siempre lo será. Un hombre solo podría amar a una mujer y viceversa. Insisto, ¿por qué? Una relación entre un hombre y una mujer pueden dar la vida y tener hijos, así es como somos. Pero, ¿es esa la razón de que solo pueda existir el amor entre personas del sexo opuesto? No lo sabemos con certeza. Desde pequeños y generación tras generación se nos ha enseñado esto así y nunca nos han dicho por qué. Éramos pequeños y hacía caso a todo de lo que se nos enseñaba. Pero que los normal sea una relación entre personas de sexo opuesto no significa que no existan relaciones entre dos personas del mismo sexo. A eso se le ha llamado, y se le sigue llamando, el “amor prohibido”, algo que siempre ha sido tabú en la sociedad de siempre. La relación entre dos hombres o dos mujeres existe y puede ser perfectamente posible, ¿por qué no? Una persona puede amar a otra sin necesidad de que sea del sexo opuesto. El amor es caprichoso, juguetón y difícil de predecir. No sabemos que puede pasar dentro de nuestro corazón y cuando nuestro corazón decide amar a una persona sea del sexo que sea tenemos que aceptarlo y vivir con ello. Es cierto, como ya he dicho una pareja homosexual no pueden tener hijos entre ellos ya que es físicamente imposible, y esta claro que si todo el mundo fuera homosexual se podría extinguir la raza humana y eso sería algo realmente terrible. Un hombre pueden traer la vida entre ellos y creo que es por eso por lo que las parejas del mismo sexo están mal vistas, pero no podemos rechazar algo que existe. El amor es algo que se lo podemos dar a quien queramos y solo nosotros decidimos a quien amar ya sea hombre o mujer. Muchas gracias.
El auditorio entero se llenó de aplausos que el publico le dedicaba al señor Eiros, el cual ya se marchaba del escenario por delante entre el patio de butacas y a medida que pasaba la gente se levantaba mientras seguían aplaudiendo.
Eiros es un escritor joven, pero le gusta que le llamen “señor” y que le traten de usted. Eiros marcó la vida de muchos jóvenes según muchas revistas y programas televisivos, por eso es tan famoso a parte de por su físico envidiable. Por la calle le paran muchas jóvenes para pedirle un autógrafo que él firma con mucho gusto. A pesar de ser famoso tiene una vida bastante normal, vive en un bloque de apartamentos a las afueras de la ciudad y tiene por vecinos a dos chicos de unos veintidós años que viven juntos desde hace un par de años, y siempre que ven a Eiros por el rellano le saludan casi al mismo tiempo.
Lárismo: Buenas tardes señor Eiros.
Vistráer: Buenas tardes señor Eiros.
Eiros: Buenas tardes chicos. Todavía sigo esperando a que me digáis que sois pareja. ¿O seguís pensando lo mismo que siempre?
Vistráer: Ya le hemos dicho que solo somos amantes, no estamos enamorados el uno del otro. ¿Verdad, Lárismo?
Lárismo: Of course my darling. Entre tu y yo nunca habrá más allá de la cama.
Lárismo le coge de los hombros suavemente a Vistráer y le besa como si fuera lo más normal del mundo.
Lárismo: ¿Y usted, señor Eiros, cuando va a tener pareja?
Eiros: Cuando surja, aunque prefiero vivir la vida y disfrutarla sin tener ningún compromiso. ¿No creéis?
Vistráer: Eso hacemos señor Eiros. Somos la prueba tactable de ello.
Eiros: ¿Os lo enseñé yo? No, creo que no. Nunca lo he dicho en ninguno de mis libros. Bueno chicos, me voy.
Lárismo: Chao, señor Eiros.
Vistráer: Cuídese.
Eiros recorrió el pasillo hasta la puerta de su casa y se metió dentro dejando a los dos chicos en el rellano. Cuando ya no podían verle Vistráer le dijo a Lárismo:
Vistráer: Lárismo, eres malo. Te dije que no me besaras delante de él. No me gusta.
Lárismo: ¿No te gusta como beso?
Vistráer: No me gusta que él nos vea.
Lárismo: ¿Te da vergüenza?
Vistráer: ¡Si! Estas cosas me gustan más que me las hagas en privado.
Lárismo: ¿En serio? ¡Pues vente para adentro que te lo voy a quitar todo!
Lárismo arrastró a Vistráer a dentro de su casa agarrándole del culo y le tumbó en el sofá y seguidamente Lárismo se tumbó encima de él y le empezó a desabrochar la camisa, en ese momento Vistráer el dijo:
Vistráer: Lárismo, ¿no te ibas a ir a trabajar?
Lárismo saltó del sofá y se fue corriendo sin decir ni una sola palabra. Lárismo no tenía coche y no le gustaban los transportes públicos a si que siempre iba al trabajo andando pero esta vez se fue corriendo hasta allí. Ya casi estaba llegando a la entrada del trabajo pero de una calle salió un hombre el cual se tropezaron ambos. Lárismo se levantó un poco dolorido del suelo y fue a ayudar a aquel hombre con el que se había tropezado. Al estar los dos de pie, Lárismo le pidió disculpas mientras recogía lo que se le había caído al hombre en el suelo.
Lárismo: Tenga, esto es suyo. Perdóneme, debo irme ya.
El hombre se quedó algo extrañado y Lárismo siguió su camino hacia el trabajo aunque ya supiera que ya llegaba tarde.
Vistráer estaba en casa haciendo la comida para el solo pues Lárismo no llegaba hasta la noche, fue a por huevos a la nevera pero no había ninguno y tuvo que ir a la casa de Eiros a pedirlo, pero antes de ir apagó el fuego por si acaso. Cuando llegó a su puerta llamó al timbre y Eiros abrió la puerta sin dudarlo y saludo a Vistráer:
Eiros: Hola otra vez Vistráer.
Vistráer: Hola señor Eiros.
Eiros: ¿Querías algo?
Vistráer: Bueno, es que estaba haciendo la comida y necesitaba huevos pero me di cuenta ahora que no tenía en la nevera. ¿Me podría dejar unos, por favor?
Eiros: Si, claro. Pasa por favor.
Vistráer pasó a la casa de Eiros. No estaba muy decorada pero si era bonita la casa. Eiros le llevó hasta la cocina y allí abrió la nevera y sacó unos cuantos huevos que se los dio inmediatamente a Vistráer.
Eiros: Aquí tienes guapo, espero que cocines bien. Ahora en un rato me paso por tu casa y me dejas probarlo, ¿vale?
Vistráer: Vale, como quiera.
Eiros: Bueno, pues entonces hasta dentro de un rato. ¡Adiós!
Vistráer volvió a su casa y siguió cocinando hasta que ya por fin tenía la comida hecha. Sirvió su comida en un plato y justo cuando lo puso encima de la mesa el timbre sonó y detrás de la puerta se podía escuchar a Eiros diciendo que le deje pasar. Vistráer le dejó pasar a su casa y Eiros fue directo al plato de comida que Vistráer había preparado, cogió su tenedor y probó la comida.
Eiros: ¡Que rico está! Vistráer, cocinas realmente bien, me gusta mucho.
Vistráer: Muchas gracias señor Eiros. Me alegro de que le guste.
Eiros: Vaya, nunca había visto tu casa, es preciosa. Y en vuestro dormitorio hay cama de matrimonio. ¿Lo usáis muy a menudo Lárismo y tu a parte de para dormir?
Vistráer: Bueno, si, pero no a diario.
Eiros: ¿Te apetece utilizarla conmigo?
Vistráer se quedó un poco paralizado por lo que le dijo pero también le encantaría hacerlo con el. Nunca había tenido oportunidad y ahora podría ser su única ocasión, a si que le respondió que si y los dos se fueron al dormitorio a “usar la cama” como decía Eiros.
La jornada de Lárismo ya había terminado y era de casi de noche cuando fue hacia su casa. Cuando llegó observó que Vistráer no había saltado sobre él como de costumbre para saludarle y decirle que le echaba mucho de menos a pesar de solo haber pasado unas horas. En la mesa se encontró tres platos de comida en vez de dos y se empezó a extrañar.
Lárismo: ¿Vistráer? ¿Estas en casa?
Vistráer: ¡Amor mío! ¿Qué tal en la oficina? ¿Mucho trabajo?
Vistráer salió del pasillo y saltó encima de Lárismo, en el fondo Lárismo lo echaba de menos pero se seguía preguntando porque habían tres platos de comida en vez de dos y al instante Vistráer le aclaró la duda:
Vistráer: Bueno, hoy cenamos con una visita.
Lárismo, de alguna forma extraña, sabía que le diría eso, pero no se imaginó de quien se trataría. El invitado salió del pasillo relajadamente y le saludó:
Omtor: Hola Lárismo. ¿Te acuerdas de mi?
Lárismo: Pues no, la verdad, tengo muy mala memoria fotográfica.
Omtor: Parece que las caídas contra el suelo te afectan mucho. ¿Te hiciste algún chichón?
Omtor se acercó a Lárismo y le miró la cabeza mientras pasaba su mano delicadamente por si estaba herido. Lárismo se acordó de la caída de esta mañana con aquel hombre y se sonrojó y le pidió disculpas de nuevo y le dijo que no hacía falta que lo hiciera.
Vistráer: Omtor me contó como fue vuestro primer encuentro, pero no sabía que eras tu hasta que vio nuestra foto del dormitorio.
Lárismo: ¿Qué fotografía? ¿Esa en la que estamos en el sofá...?
Vistráer afirmó con la cabeza y Lárismo se sonrojó demasiado porque esa fotografía estaba colgada en la puerta y en ella salían Lárismo y Vistráer completamente desnudos uno encima del otro y mientras Lárismo le besaba, Vistráer miraba a la cámara sonriente.
Vistráer: Bueno, Omtor es amigo mío pero llevaba sin verle desde hace algún tiempo y ayer nos encontramos por la calle y le invité a cenar.
Vistráer estuvo contando más cosas de Omtor mientras cenaban, como por ejemplo que era cantante de un grupo de música hace seis años y Lárismo quiso saber más sobre eso:
Lárismo: ¿Por qué ya no eres cantante de aquel grupo?
Omtor: Bueno, empezaron a surgir discusiones entre nosotros por temas que no tenían nada que ver con la música y acabamos separándonos, pero entonces yo tenía dieciséis años.
Lárismo estuvo haciendo cálculos y descubrió que Omtor solo tenía veintiún años, era una autentica sorpresa porque no aparentaba esa edad, sino que parecía algunos años más mayor ya que era algo más alto que ellos y el tono de voz le hacía más mayor aunque era bastante guapo y parecía no ser muy fuerte.
Los tres terminaron de cenar y cuando terminaron de recoger la mesa ya era algo tarde y Omtor llamó por su teléfono móvil antes de irse, pero Vistráer aprovechó para cotillear con Lárismo:
Vistráer: ¿Qué te parece Omtor? Es guapo, ¿a que si?
Lárismo se puso rojo pero le contestó para que no se pusiera pesado.
Lárismo: Si, es guapo, pero no creo que sea mi tipo.
Vistráer: ¡Cómo que no! Es perfecto. Es tan atractivo que no se como puedo resistirme.
Lárismo: Déjalo ya. Pero no creo que sea para tanto.
Lárismo no miraba a la cara a Vistráer porque se estaba poniendo cada vez mas colorado y no quería que le vieran así. Su corazón latía más rápido de lo normal y no sabía que podría ser. Omtor terminó de hablar por el teléfono móvil pero acabó un poco indignado.
Omtor: Vistráer. Parece que no puede venir el transporte que pedí para recogerme por culpa de un atasco y a estas horas no me gusta salir a la calle. ¿Crees que podría quedarme aquí esta noche hasta mañana?
Vistráer: Claro que si, puedes quedarte. Nosotros estaremos encantados de acogerte en nuestra casa. ¿Verdad Lárismo?
Vistráer le miró fijamente a los ojos con cara de asesino en serie y pensando que como desaproveche esta oportunidad le matará aunque Lárismo ya se podía hacer una idea de lo que pensaba.
Lárismo: ¡Claro, claro! Te puedes quedar, por mi no hay ningún problema. Iré a preparar la habitación de invitados.
Lárismo fue a la habitación a prepararla y cuando ya estaba lista llevó a Omtor hacia ella.
Omtor: Gracias por dejarme pasar la noche aquí. Sois muy amables los dos y hacéis una pareja muy bonita.
Lárismo: No somos pareja, solo somos amantes. Entre él y yo nunca habrá amor.
Omtor: Lo siento, pero, ¿estás seguro de que lo que has dicho es lo mismo que piensa él?
Lárismo: Claro que si, si él se lo va aclarando a las personas que dicen lo mismo que tu.
Omtor: Bueno, entonces está bien. Buenas noches Lárismo.
Después de desearle buenas noches a Lárismo le cogió de la cabeza y le besó el chichón que se había hecho esta mañana y Lárismo se volvió a poner rojo, se dio la vuelta y él también le deseo buenas noches a Omtor y acto seguido se fue a su habitación donde le esperaba Vistráer metido en la cama.
Vistráer: Te has vuelto a poner rojo.
Lárismo: No estoy rojo, simplemente estoy acalorado.
Vistráer: Lo que tu digas pero si no aprovechas esta oportunidad esta misma noche no volverás a tener otra con él en mucho tiempo pues no se cuando volveremos a verle.
Lárismo: No me importa, es un tío como otro cualquiera, seguro que encuentro a más otro día. Si sintiera algo por él sería deferente pero como no siento nada, no haré nada.
Vistráer: No te preocupes por mí, estaré bien. Él está en la habitación de al lado, no va a pasar nada malo por echar un vistazo.
Vistráer le empuja con la piernas y le echa de la cama para que se mueva y una vez está fuera continua diciéndole:
Vistráer: A mi no me engañas con cuentos chinos, nos conocemos muy bien y estoy seguro de que si no lo haces te arrepentirás mucho tiempo.
Lárismo: Un vistazo rápido, no me quedaré mucho tiempo. Además, seguro que ya se ha dormido.
Lárismo se levantó del suelo y fue a la habitación donde estaba Omtor pero no entró dentro sino que se quedó en el marco de la puerta observando como dormía o cómo se hacía el dormido pues habló con Lárismo.
Omtor: ¿Qué haces ahí quieto?
Lárismo: ¡¿Eh?! No, nada, es que no podía dormir y he pasado para ver si estabas bien.
Omtor: Puedes entrar si quieres, no te voy a regañar, además quiero hablar con alguien porque yo tampoco puedo dormir.
Lárismo entró en la habitación y se sentó en el borde de la cama.
Re: Amor Prohibido! [+13]
(Capitulo 1 - Parte 2)
Lárismo: ¿Por qué no puedes dormir? ¿Hay algo que te quite el sueño?
Omtor: Todas las noches es lo mismo desde hace seis años. Simplemente es que hecho de menos la música y mi grupo y me gustaría volver a verles.
Lárismo: ¿Qué pasó entre vosotros?
Omtor: Supongo que fue porque algunos componentes no querían vivir de la música y decidieron no seguir, pero no estoy seguro. Yo intenté muchas veces que el grupo no se viniera abajo pero también yo sabía que algún día iba a pasar. Un día me puse enfermo en día de ensayo y ese día que yo no fui hubo otra discusión y no pude hacer nada porque estaba en la cama. Un compañero mío me llamó y me dijo lo que había pasado. Al principio no sabía como reaccionar, pero me puse muy triste. Esa tristeza fue desapareciendo poco a poco a medida que pasaban los días pero mi tristeza no desapareció del todo.
Omtor abrazó a Lárismo mientras lloraba por haber recordado aquello que le pasó. Lárismo le devolvió el abrazo y le dijo:
Lárismo: Lo siento, no debí haberte preguntado.
Omtor: No te preocupes, estaré bien. Necesitaba contárselo a alguien para desahogarme. Gracias por haberme escuchado, se nota que eres una gran persona. Si te hubiera conocido antes todo hubiera sido mejor.
Lárismo: El destino ha hecho que nos encontremos hoy, no estaba escrito habernos encontrado antes o después.
Omtor: ¿Quién es ese tal destino? No lo conozco. ¿Me lo puedes presentar?
Omtor sonrió para que no se notara su tristeza interior, una mascará para ocultar la verdad. Lárismo también sonrió para hacer sentir mejor a Omtor y en cierto modo lo consiguió. Omtor acercó sus labios con los de Lárismo y le besó, Lárismo no le había dado tiempo a reaccionar pero después de ese beso no hubo más aquella noche para ambos. Lárismo le deseo buenas noches y volvió a la cama junto a Vistráer.
Ya amaneció el siguiente día y todos se levantaron algo tarde pero ese día Lárismo no tenía que trabajar así que podía pasar el día en casa. Desayunaron y en cuanto terminaron, Omtor recogió sus cosas para marcharse ya. Primero se despidió de Lárismo y Vistráer y les dio las gracias por haberle acogido en su casa, también les dio su dirección de su casa para que le hicieran alguna visita cuando quisieran. Al fin, Omtor se fue y Vistráer se puso ha hablar con Lárismo de lo ocurrido anoche.
Vistráer: Dime Lárismo, ¿que pasó anoche entre vosotros dos? ¿Ocurrió algo? Venga, cuéntamelo.
Lárismo: No ocurrió nada, solo hablamos.
Vistráer: Te arrepentirás, estoy convencido. Bueno, es tu decisión, luego no te quejes de nada.
Vistráer se fue a la cocina a limpiar y a preparar la comida y Lárismo se fue a dar un paseo por la manzana y por el camino se encontró con Eiros que se encontraba sentado en un banco y fue a saludarle:
Lárismo: Buenos días señor Eiros.
Eiros: Buenos días Lárismo. Veo que no has salido con Vistráer.
Lárismo: Bueno, él está molesto por no haberle hecho caso en algo y cree que por no haberlo hecho me voy a arrepentir.
Eiros: Ven, siéntate y cuéntame lo que pasó.
Lárismo se sentó en el banco junto a Eiros y empezó a contar la historia:
Lárismo: Bueno, ayer tuvimos visita, un joven de veintiún años amigo de Vistráer con el que me encontré casualmente por la calle, bueno, me tropecé con él.
Eiros: ¿Era guapo?
Lárismo: Si, lo era. Era muy guapo.
Eiros: ¿Y de que te puedes arrepentir?
Lárismo: Vistráer me dejó estar con este chico por la noche en la habitación de invitados y esperaba que ocurriera algo entre nosotros.
Eiros: ¿Ocurrió algo entre vosotros?
Lárismo: Estuvimos hablando y cuando terminamos de hablar me besó y me volví a la cama.
Eiros: ¿Solo eso? Entonces no entiendo de que te puedes arrepentir, es solo un chico, ¿no?
Lárismo: Si, solo un chico. Vistráer cree que es posible que sienta algo por él.
Eiros: ¿Sientes algo por él? ¿Crees que te has podido enamorar?
Lárismo no contestó a la pregunta y Eiros siguió preguntando:
Eiros: ¿Hace cuanto que no le ves?
Lárismo: Un par de horas, se fue esta mañana.
Eiros: Bueno, si no sabes cuales son tus sentimientos los tendré que averiguar del sitio mas fiable. Tendré que escuchar a tu corazón por ti.
Lárismo se extrañó bastante al oír eso pero cuando se dio cuenta ya tenía a Eiros encima con la camisa desabrochada y las manos sujetas.
Eiros: No te preocupes, no tardaré mucho.
Lárismo: ¡Señor Eiros! ¡Bájese! ¡La gente mira raro y seguro que piensa cosas que no son! ¡Señor Eiros! ¡Suélteme!
Eiros acercó su oreja al corazón de Lárismo y en un minuto escaso se retiró de él. Lárismo se volvió a abrochar la camisa y le miró esperando a que le dijera algo.
Eiros: Bueno, debo irme, tengo muchas cosas que hacer.
Eiros se levantó de banco y fue directo a su casa y Lárismo se levantó para decirle que le dijera lo que sabía, pero no le hizo casó y se marchó. Lárismo siguió su antiguo camino para seguir con el paseo y no le dio mucha importancia a Eiros. Caminando se alejó bastante de su casa y llegó a un barrio del cual el nombre le era familiar aunque no hubiera pasado antes por ahí y recordó la dirección de la casa de Omtor y se sonrojo al saber que había ido hasta ahí. Se fue corriendo para que no le viera pero al doblar la esquina se tropezó con un hombre que llevaba una barra de metal y del impacto se desmayó en el suelo.
Varias horas más tarde, Lárismo se despertó y vio que estaba en una cama tapado con las sabanas. Al principio no sabía de quien podía ser la casa y le daba mucha vergüenza saber que estaría molestando a la persona que le había acogido. A través de la ventana se podía observar que ya había anochecido y las luces de las farolas estaban encendidas. Luego pensó en Vistráer que no sabía nada de lo que le había ocurrido y estaría preocupado y buscó su teléfono móvil por sus ropas pero no lo encontró y observó que en el marco de la puerta había un hombre apoyado, no sabía quien era pues la luz no iluminaba su rostro, el hombre se acercó a Lárismo el cual estaba algo asustado pero en cuanto la poca luz de la calle le iluminó supo que era Omtor el que se encontraba allí. Lárismo se volvió a sonrojar cuando le vio pero era de noche y no se notaba tanto.
Omtor: ¿Ya estás mejor?
Lárismo: Bueno, si. Me duele un poco la cabeza.
Omtor: Eso es que te golpeaste conmigo otra vez.
Lárismo: Lo siento, no era mi intención.
Omtor: No te preocupes, no es nada. Yo llamé a Vistráer con tu teléfono móvil y le dije que estabas aquí. Me dijo que si hacía falta te podrías quedar esta noche en mi casa.
Lárismo: Ya estoy mejor, podré volver a casa. Dile a Vistráer que estaré en casa un momento.
Omtor: Lo siento Lárismo, ya es muy tarde y este barrio es muy peligroso por la noche así que te tendrás que quedar. Tu descansa, no te sobreesfuerces o te pondrás peor.
Lárismo se volvió a meter en la cama pero se quedó despierto y Omtor se sentó en una silla de madera que había al lado de la cama.
Omtor: ¿Por qué estabas en este barrio esta mañana? ¿Tenías que hacer algo?
Lárismo: No, solo estaba paseando y llegué aquí sin darme cuenta. Cuando sabía donde estaba me fui corriendo y me tropecé contigo.
Omtor: ¿Por qué no querías estar aquí? ¿Te da miedo venir a verme?
Lárismo: No es eso. Me puse a pensar cosas raras y las cosas que me había dicho Vistráer y sentí que me tenía que ir.
Omtor: Cuando te encontré en el suelo estabas llorando y a veces mientras estabas inconsciente aquí en la cama también llorabas, pero en cuanto me acercaba a verte parabas de llorar. ¿Qué estabas pensando para ponerte así?
Lárismo no le dijo que estaba pensando en él y permaneció en silencio y pocos segundos después, Omtor se tumbó al lado de él en la cama.
Omtor: No te sientas mal por algo que hayas hecho. Seguro que sea lo que sea lo que hiciste fue porque lo decidiste así. A lo mejor no era importante para Vistráer pero para ti si pero pensaste al principio que no iba a ser importante.
Lárismo rodeó a Omtor con sus brazos y empezó a llorar encima de él y seguidamente le dijo:
Lárismo: Quédate conmigo esta noche, no te separes de mi.
Omtor le acarició la cabeza para que se tranquilizase y apagó la luz para que ambos se pudieran dormir. Lárismo estuvo despierto bastante tiempo pero estaba con Omtor, que, en ese momento, era lo único que le importaba.
Al día siguiente, Omtor se despertó por la mañana temprano pero Lárismo se despertó también. Ambos se saludaron normalmente como si nada de lo que hubiera pasado ayer pasara aunque Lárismo no podría olvidarlo. Lárismo volvió a su casa poco después de desayunar, le pareció curioso que Omtor no le dijera nada para detenerle o para acompañarle, él solo le dijo “Adiós”. Al fin llegó a casa y Vistráer saltó a por él y le besó como siempre.
Vistráer: ¡Amor mío! ¿Qué tal anoche con Omtor? ¿Pasó algo?
Lárismo: No, nada.
Lárismo apartó a Vistráer del camino y le dijo:
Lárismo: Lo siento, me voy a vestir para irme a trabajar.
Vistráer se quedó extrañado y en cuanto se fue él también salió de casa y fue a hablar con Eiros.
Eiros: Buenos días Vistráer. ¿Querías algo?
Vistráer: Si, quería hablar con usted si no es mucha molestia.
Eiros: No, claro, pasa pasa, ahora mismo no estaba haciendo nada y me empezaba a aburrir. ¿De que querías hablar?
Vistráer: De Lárismo. Acaba de llegar a casa y se ha comportado extraño conmigo, no me saludó y parecía estar molesto por algo.
Eiros: No se que puede ser. ¿Qué tal si hablas con él cuando vuelva? Quizá querrá contártelo.
Vistráer: Quizá lo haga, pero creo que se trata de Omtor y si se trata de eso no creo que quiera hablar.
Eiros: ¿Quién es Omtor?
Vistráer: Un amigo mío que vino ayer a cenar a nuestra casa.
Eiros: Si, ya me acuerdo. Lárismo me hablo de él cuando salió a pasear, pero no me dijo mucho, solo lo que ocurrió, que supongo, que tu también lo sabrás.
Vistráer: Si. Me encantaría saber que es lo que siente por él.
Eiros: No lo se yo tampoco, pero si te enteras llámame y hablamos, ¿vale?
Lárismo: ¿Por qué no puedes dormir? ¿Hay algo que te quite el sueño?
Omtor: Todas las noches es lo mismo desde hace seis años. Simplemente es que hecho de menos la música y mi grupo y me gustaría volver a verles.
Lárismo: ¿Qué pasó entre vosotros?
Omtor: Supongo que fue porque algunos componentes no querían vivir de la música y decidieron no seguir, pero no estoy seguro. Yo intenté muchas veces que el grupo no se viniera abajo pero también yo sabía que algún día iba a pasar. Un día me puse enfermo en día de ensayo y ese día que yo no fui hubo otra discusión y no pude hacer nada porque estaba en la cama. Un compañero mío me llamó y me dijo lo que había pasado. Al principio no sabía como reaccionar, pero me puse muy triste. Esa tristeza fue desapareciendo poco a poco a medida que pasaban los días pero mi tristeza no desapareció del todo.
Omtor abrazó a Lárismo mientras lloraba por haber recordado aquello que le pasó. Lárismo le devolvió el abrazo y le dijo:
Lárismo: Lo siento, no debí haberte preguntado.
Omtor: No te preocupes, estaré bien. Necesitaba contárselo a alguien para desahogarme. Gracias por haberme escuchado, se nota que eres una gran persona. Si te hubiera conocido antes todo hubiera sido mejor.
Lárismo: El destino ha hecho que nos encontremos hoy, no estaba escrito habernos encontrado antes o después.
Omtor: ¿Quién es ese tal destino? No lo conozco. ¿Me lo puedes presentar?
Omtor sonrió para que no se notara su tristeza interior, una mascará para ocultar la verdad. Lárismo también sonrió para hacer sentir mejor a Omtor y en cierto modo lo consiguió. Omtor acercó sus labios con los de Lárismo y le besó, Lárismo no le había dado tiempo a reaccionar pero después de ese beso no hubo más aquella noche para ambos. Lárismo le deseo buenas noches y volvió a la cama junto a Vistráer.
Ya amaneció el siguiente día y todos se levantaron algo tarde pero ese día Lárismo no tenía que trabajar así que podía pasar el día en casa. Desayunaron y en cuanto terminaron, Omtor recogió sus cosas para marcharse ya. Primero se despidió de Lárismo y Vistráer y les dio las gracias por haberle acogido en su casa, también les dio su dirección de su casa para que le hicieran alguna visita cuando quisieran. Al fin, Omtor se fue y Vistráer se puso ha hablar con Lárismo de lo ocurrido anoche.
Vistráer: Dime Lárismo, ¿que pasó anoche entre vosotros dos? ¿Ocurrió algo? Venga, cuéntamelo.
Lárismo: No ocurrió nada, solo hablamos.
Vistráer: Te arrepentirás, estoy convencido. Bueno, es tu decisión, luego no te quejes de nada.
Vistráer se fue a la cocina a limpiar y a preparar la comida y Lárismo se fue a dar un paseo por la manzana y por el camino se encontró con Eiros que se encontraba sentado en un banco y fue a saludarle:
Lárismo: Buenos días señor Eiros.
Eiros: Buenos días Lárismo. Veo que no has salido con Vistráer.
Lárismo: Bueno, él está molesto por no haberle hecho caso en algo y cree que por no haberlo hecho me voy a arrepentir.
Eiros: Ven, siéntate y cuéntame lo que pasó.
Lárismo se sentó en el banco junto a Eiros y empezó a contar la historia:
Lárismo: Bueno, ayer tuvimos visita, un joven de veintiún años amigo de Vistráer con el que me encontré casualmente por la calle, bueno, me tropecé con él.
Eiros: ¿Era guapo?
Lárismo: Si, lo era. Era muy guapo.
Eiros: ¿Y de que te puedes arrepentir?
Lárismo: Vistráer me dejó estar con este chico por la noche en la habitación de invitados y esperaba que ocurriera algo entre nosotros.
Eiros: ¿Ocurrió algo entre vosotros?
Lárismo: Estuvimos hablando y cuando terminamos de hablar me besó y me volví a la cama.
Eiros: ¿Solo eso? Entonces no entiendo de que te puedes arrepentir, es solo un chico, ¿no?
Lárismo: Si, solo un chico. Vistráer cree que es posible que sienta algo por él.
Eiros: ¿Sientes algo por él? ¿Crees que te has podido enamorar?
Lárismo no contestó a la pregunta y Eiros siguió preguntando:
Eiros: ¿Hace cuanto que no le ves?
Lárismo: Un par de horas, se fue esta mañana.
Eiros: Bueno, si no sabes cuales son tus sentimientos los tendré que averiguar del sitio mas fiable. Tendré que escuchar a tu corazón por ti.
Lárismo se extrañó bastante al oír eso pero cuando se dio cuenta ya tenía a Eiros encima con la camisa desabrochada y las manos sujetas.
Eiros: No te preocupes, no tardaré mucho.
Lárismo: ¡Señor Eiros! ¡Bájese! ¡La gente mira raro y seguro que piensa cosas que no son! ¡Señor Eiros! ¡Suélteme!
Eiros acercó su oreja al corazón de Lárismo y en un minuto escaso se retiró de él. Lárismo se volvió a abrochar la camisa y le miró esperando a que le dijera algo.
Eiros: Bueno, debo irme, tengo muchas cosas que hacer.
Eiros se levantó de banco y fue directo a su casa y Lárismo se levantó para decirle que le dijera lo que sabía, pero no le hizo casó y se marchó. Lárismo siguió su antiguo camino para seguir con el paseo y no le dio mucha importancia a Eiros. Caminando se alejó bastante de su casa y llegó a un barrio del cual el nombre le era familiar aunque no hubiera pasado antes por ahí y recordó la dirección de la casa de Omtor y se sonrojo al saber que había ido hasta ahí. Se fue corriendo para que no le viera pero al doblar la esquina se tropezó con un hombre que llevaba una barra de metal y del impacto se desmayó en el suelo.
Varias horas más tarde, Lárismo se despertó y vio que estaba en una cama tapado con las sabanas. Al principio no sabía de quien podía ser la casa y le daba mucha vergüenza saber que estaría molestando a la persona que le había acogido. A través de la ventana se podía observar que ya había anochecido y las luces de las farolas estaban encendidas. Luego pensó en Vistráer que no sabía nada de lo que le había ocurrido y estaría preocupado y buscó su teléfono móvil por sus ropas pero no lo encontró y observó que en el marco de la puerta había un hombre apoyado, no sabía quien era pues la luz no iluminaba su rostro, el hombre se acercó a Lárismo el cual estaba algo asustado pero en cuanto la poca luz de la calle le iluminó supo que era Omtor el que se encontraba allí. Lárismo se volvió a sonrojar cuando le vio pero era de noche y no se notaba tanto.
Omtor: ¿Ya estás mejor?
Lárismo: Bueno, si. Me duele un poco la cabeza.
Omtor: Eso es que te golpeaste conmigo otra vez.
Lárismo: Lo siento, no era mi intención.
Omtor: No te preocupes, no es nada. Yo llamé a Vistráer con tu teléfono móvil y le dije que estabas aquí. Me dijo que si hacía falta te podrías quedar esta noche en mi casa.
Lárismo: Ya estoy mejor, podré volver a casa. Dile a Vistráer que estaré en casa un momento.
Omtor: Lo siento Lárismo, ya es muy tarde y este barrio es muy peligroso por la noche así que te tendrás que quedar. Tu descansa, no te sobreesfuerces o te pondrás peor.
Lárismo se volvió a meter en la cama pero se quedó despierto y Omtor se sentó en una silla de madera que había al lado de la cama.
Omtor: ¿Por qué estabas en este barrio esta mañana? ¿Tenías que hacer algo?
Lárismo: No, solo estaba paseando y llegué aquí sin darme cuenta. Cuando sabía donde estaba me fui corriendo y me tropecé contigo.
Omtor: ¿Por qué no querías estar aquí? ¿Te da miedo venir a verme?
Lárismo: No es eso. Me puse a pensar cosas raras y las cosas que me había dicho Vistráer y sentí que me tenía que ir.
Omtor: Cuando te encontré en el suelo estabas llorando y a veces mientras estabas inconsciente aquí en la cama también llorabas, pero en cuanto me acercaba a verte parabas de llorar. ¿Qué estabas pensando para ponerte así?
Lárismo no le dijo que estaba pensando en él y permaneció en silencio y pocos segundos después, Omtor se tumbó al lado de él en la cama.
Omtor: No te sientas mal por algo que hayas hecho. Seguro que sea lo que sea lo que hiciste fue porque lo decidiste así. A lo mejor no era importante para Vistráer pero para ti si pero pensaste al principio que no iba a ser importante.
Lárismo rodeó a Omtor con sus brazos y empezó a llorar encima de él y seguidamente le dijo:
Lárismo: Quédate conmigo esta noche, no te separes de mi.
Omtor le acarició la cabeza para que se tranquilizase y apagó la luz para que ambos se pudieran dormir. Lárismo estuvo despierto bastante tiempo pero estaba con Omtor, que, en ese momento, era lo único que le importaba.
Al día siguiente, Omtor se despertó por la mañana temprano pero Lárismo se despertó también. Ambos se saludaron normalmente como si nada de lo que hubiera pasado ayer pasara aunque Lárismo no podría olvidarlo. Lárismo volvió a su casa poco después de desayunar, le pareció curioso que Omtor no le dijera nada para detenerle o para acompañarle, él solo le dijo “Adiós”. Al fin llegó a casa y Vistráer saltó a por él y le besó como siempre.
Vistráer: ¡Amor mío! ¿Qué tal anoche con Omtor? ¿Pasó algo?
Lárismo: No, nada.
Lárismo apartó a Vistráer del camino y le dijo:
Lárismo: Lo siento, me voy a vestir para irme a trabajar.
Vistráer se quedó extrañado y en cuanto se fue él también salió de casa y fue a hablar con Eiros.
Eiros: Buenos días Vistráer. ¿Querías algo?
Vistráer: Si, quería hablar con usted si no es mucha molestia.
Eiros: No, claro, pasa pasa, ahora mismo no estaba haciendo nada y me empezaba a aburrir. ¿De que querías hablar?
Vistráer: De Lárismo. Acaba de llegar a casa y se ha comportado extraño conmigo, no me saludó y parecía estar molesto por algo.
Eiros: No se que puede ser. ¿Qué tal si hablas con él cuando vuelva? Quizá querrá contártelo.
Vistráer: Quizá lo haga, pero creo que se trata de Omtor y si se trata de eso no creo que quiera hablar.
Eiros: ¿Quién es Omtor?
Vistráer: Un amigo mío que vino ayer a cenar a nuestra casa.
Eiros: Si, ya me acuerdo. Lárismo me hablo de él cuando salió a pasear, pero no me dijo mucho, solo lo que ocurrió, que supongo, que tu también lo sabrás.
Vistráer: Si. Me encantaría saber que es lo que siente por él.
Eiros: No lo se yo tampoco, pero si te enteras llámame y hablamos, ¿vale?
Re: Amor Prohibido! [+13]
(Capitulo 1 - Parte 3)
Eiros sabía mentir bastante bien y no le dijo lo que sabía realmente sobre los sentimientos de Lárismo. Vistráer se fue a su casa y se puso a hacer lo de todos los días pero no quería desentenderse del tema de su amante. Cogió el teléfono de casa y llamó a Omtor que rápidamente contestó:
Omtor: ¿Diga? ¿Quién es?
Vistráer: Buenos tardes Omtor, soy Vistráer.
Omtor: ¡Ah! ¡Buenos días! ¿Qué tal estas?
Vistráer: Bien. Omtor, ¿te puedo hacer una pregunta?
Omtor: Si, claro, lo que quieras.
Vistráer: ¿Sientes algo por Lárismo?
Omtor: ¿A que te refieres?
Vistráer: Que si le quieres.
Omtor se extrañó por aquella pregunta pero le respondió igualmente:
Omtor: Creo que te refieres que si le amo. No, no le amo ni le quiero. Lárismo es una buena persona y es bastante guapo, pero no siento nada más por el. Mi problema es que soy muy superficial, tu ya lo sabes. ¿Por qué lo preguntas?
Vistráer: No, por nada. Solo es curiosidad, me gusta mucho cotillear.
Omtor: Bueno, pues entonces te dejo que estoy haciendo unas cosillas.
Vistráer: Vale, adiós.
Vistráer colgó el teléfono y se sentó en el sofá esperando a que la comida se termine de hacer y pensando en lo que le había dicho Omtor.
Ya se hizo tarde y Lárismo fue de vuelta a su casa después de trabajar. Durante todo el camino se encontraba algo triste pero no quería que Vistráer no le viera así, así que se esforzó por parecer contento hasta llegar a casa. En cuento abrió la puerta de casa Vistráer se lanzó a por él y le dio un beso de bienvenida.
Lárismo: Hola Vistráer. ¿Ya tienes hecha la cena?
Vistráer: Si, ahora mismo la sirvo. ¿Y tu que tal el día en el trabajo?
Lárismo: Bien, como siempre. El trabajo es trabajo.
Los dos se sentaron en la mesa y estuvieron normal hasta que terminaron pero Vistráer estaba muy preocupado y quería saber lo que pasaba.
Vistráer: Lárismo, ¿Te puedo preguntar algo?
Lárismo: Por supuesto, pregúntame.
Vistráer: ¿Qué es lo que sientes por Omtor?
Lárismo: Ya te lo dije, no siento nada por él. Creo que es una buena persona pero no quiero tener nada que ver con él, no me interesa.
Vistráer: ¿Estas seguro de lo que dices? No quiero que te pase nada por su culpa.
Lárismo: No te preocupes, no me pasará nada.
Vistráer: Lárismo, no ocultes tu corazón, no quieras parecer más fuerte por mi. Sabes que te puedo ayudar pero si no me cuentas las cosas no podré ayudarte.
Lárismo: Gracias por querer ayudarme, pero no me pasa nada, de verdad.
Lárismo le lanzó una sonrisa pero Vistráer no se la devolvió. Lárismo se iba a ir ya a la cama pero acto seguido Vistráer le detuvo diciéndole:
Vistráer: Te creeré, pero si amas a Omtor...
Lárismo se dio la vuelta para escucharle mejor.
Vistráer: ...olvídate de él. No es tan buena persona como crees. Él te puede llegar a hacer mucho daño y no quiero que sufras por su culpa.
Lárismo asintió con la cabeza y fue hacia Vistráer, le cogió de la cintura y le besó. Ambos se desearon buenas noches y Lárismo se dirigió hacia la cama.
A las cinco de la mañana se despertó Lárismo porque no podía dormir, se levantó de la cama con cuidado de no despertar a Vistráer. Él cogió su teléfono móvil y se lo llevó por si acaso. Lárismo salió a la terraza para que le diera un poco el aire y poco después le sonó el teléfono móvil que contestó inmediatamente para no hacer mucho ruido.
Lárismo: ¿Diga?
Omtor: Hola Lárismo, soy Omtor. ¿Te he despertado?
Lárismo: No, me había despertado hace un rato. ¿Qué querías?
Omtor: Solo quería hablar contigo. Bueno, solo te quería preguntar una cosa.
Lárismo: Dime, pregúntame lo que quieras.
Omtor: Me gustaría que fueras sincero, no me voy a molestar sea cual sea la respuesta.
Lárismo: Vale:
Omtor: ¿Sientes algo por mi?
Lárismo permaneció en silencio un rato, no sabía porque le hizo la pregunta, pero al final contestó a su respuesta.
Lárismo: Puede que si. No creo que esté locamente enamorado de ti.
Omtor: Yo no siento nada por ti, quiero dejártelo claro por si acaso porque no me gustaría romperte el corazón. Yo soy una persona muy superficial y no suelo tener en cuenta los sentimientos de los demás, soy una mala persona y no quiero hacerte daño.
Lárismo: No eres tan mala persona, me intentas proteger de ti mismo para que no me hagas daño y si que tienes en cuenta los sentimientos de los demás.
Omtor: Te aviso para que no pueda hacer nada de lo que crees que te protejo.
Lárismo: De acuerdo.
Omtor: Te dejo ya, que pases buenas noches aunque ya quedé poco para amanecer.
Lárismo colgó el teléfono y se apoyó en la barandilla y se puso a llorar por lo que le había dicho, en realidad si amaba a Omtor y quería que él también le amara, Lárismo no estaba de acuerdo con lo que dijo y quería que se diera cuenta de que es una buena persona y así poder estar con él. Vistráer salió también a la terraza y le encontró llorando como nunca le había visto hacer. Vistráer se acercó a él y le abrazó por detrás aunque Lárismo se dio la vuelta y siguió llorando en su hombro y le dijo:
Vistráer: No creo que le puedas olvidar tan fácilmente como te dije, quizá te lo dije demasiado tarde. Si él no siente nada por ti no creo que sea conveniente hacer lo contrario, tampoco puedes esconder tus sentimientos. Quiero que seas feliz y si es él el quieres que te haga feliz durante el resto de tu vida, te puedo ayudar a conseguirlo.
Lárismo: Gracias, gracias, gracias. ¿Cuántas veces te debo dar las gracias por ayudarme?
Vistráer: Ninguna, pero quiero que sepas una cosa. Si al final de todo, si él decide no entregarte se amor y te hace daño, quiero que cuentes conmigo. Soy tu amante pero también soy tu amigo.
Vistráer le secó las lagrimas con un pañuelo y le dijo:
Vistráer: Mañana te acompañaré a su casa y le dirás lo que sientes por él en persona. ¿De acuerdo?
Lárismo dejó de llorar y sonrío a Vistráer que, esta vez, le devolvió una sonrisa.
Siento tener q haber partido en 3 el capitulo, pero es que es demasiado largo pero de buena calidad, verdad? Os ha gustado?
Eiros sabía mentir bastante bien y no le dijo lo que sabía realmente sobre los sentimientos de Lárismo. Vistráer se fue a su casa y se puso a hacer lo de todos los días pero no quería desentenderse del tema de su amante. Cogió el teléfono de casa y llamó a Omtor que rápidamente contestó:
Omtor: ¿Diga? ¿Quién es?
Vistráer: Buenos tardes Omtor, soy Vistráer.
Omtor: ¡Ah! ¡Buenos días! ¿Qué tal estas?
Vistráer: Bien. Omtor, ¿te puedo hacer una pregunta?
Omtor: Si, claro, lo que quieras.
Vistráer: ¿Sientes algo por Lárismo?
Omtor: ¿A que te refieres?
Vistráer: Que si le quieres.
Omtor se extrañó por aquella pregunta pero le respondió igualmente:
Omtor: Creo que te refieres que si le amo. No, no le amo ni le quiero. Lárismo es una buena persona y es bastante guapo, pero no siento nada más por el. Mi problema es que soy muy superficial, tu ya lo sabes. ¿Por qué lo preguntas?
Vistráer: No, por nada. Solo es curiosidad, me gusta mucho cotillear.
Omtor: Bueno, pues entonces te dejo que estoy haciendo unas cosillas.
Vistráer: Vale, adiós.
Vistráer colgó el teléfono y se sentó en el sofá esperando a que la comida se termine de hacer y pensando en lo que le había dicho Omtor.
Ya se hizo tarde y Lárismo fue de vuelta a su casa después de trabajar. Durante todo el camino se encontraba algo triste pero no quería que Vistráer no le viera así, así que se esforzó por parecer contento hasta llegar a casa. En cuento abrió la puerta de casa Vistráer se lanzó a por él y le dio un beso de bienvenida.
Lárismo: Hola Vistráer. ¿Ya tienes hecha la cena?
Vistráer: Si, ahora mismo la sirvo. ¿Y tu que tal el día en el trabajo?
Lárismo: Bien, como siempre. El trabajo es trabajo.
Los dos se sentaron en la mesa y estuvieron normal hasta que terminaron pero Vistráer estaba muy preocupado y quería saber lo que pasaba.
Vistráer: Lárismo, ¿Te puedo preguntar algo?
Lárismo: Por supuesto, pregúntame.
Vistráer: ¿Qué es lo que sientes por Omtor?
Lárismo: Ya te lo dije, no siento nada por él. Creo que es una buena persona pero no quiero tener nada que ver con él, no me interesa.
Vistráer: ¿Estas seguro de lo que dices? No quiero que te pase nada por su culpa.
Lárismo: No te preocupes, no me pasará nada.
Vistráer: Lárismo, no ocultes tu corazón, no quieras parecer más fuerte por mi. Sabes que te puedo ayudar pero si no me cuentas las cosas no podré ayudarte.
Lárismo: Gracias por querer ayudarme, pero no me pasa nada, de verdad.
Lárismo le lanzó una sonrisa pero Vistráer no se la devolvió. Lárismo se iba a ir ya a la cama pero acto seguido Vistráer le detuvo diciéndole:
Vistráer: Te creeré, pero si amas a Omtor...
Lárismo se dio la vuelta para escucharle mejor.
Vistráer: ...olvídate de él. No es tan buena persona como crees. Él te puede llegar a hacer mucho daño y no quiero que sufras por su culpa.
Lárismo asintió con la cabeza y fue hacia Vistráer, le cogió de la cintura y le besó. Ambos se desearon buenas noches y Lárismo se dirigió hacia la cama.
A las cinco de la mañana se despertó Lárismo porque no podía dormir, se levantó de la cama con cuidado de no despertar a Vistráer. Él cogió su teléfono móvil y se lo llevó por si acaso. Lárismo salió a la terraza para que le diera un poco el aire y poco después le sonó el teléfono móvil que contestó inmediatamente para no hacer mucho ruido.
Lárismo: ¿Diga?
Omtor: Hola Lárismo, soy Omtor. ¿Te he despertado?
Lárismo: No, me había despertado hace un rato. ¿Qué querías?
Omtor: Solo quería hablar contigo. Bueno, solo te quería preguntar una cosa.
Lárismo: Dime, pregúntame lo que quieras.
Omtor: Me gustaría que fueras sincero, no me voy a molestar sea cual sea la respuesta.
Lárismo: Vale:
Omtor: ¿Sientes algo por mi?
Lárismo permaneció en silencio un rato, no sabía porque le hizo la pregunta, pero al final contestó a su respuesta.
Lárismo: Puede que si. No creo que esté locamente enamorado de ti.
Omtor: Yo no siento nada por ti, quiero dejártelo claro por si acaso porque no me gustaría romperte el corazón. Yo soy una persona muy superficial y no suelo tener en cuenta los sentimientos de los demás, soy una mala persona y no quiero hacerte daño.
Lárismo: No eres tan mala persona, me intentas proteger de ti mismo para que no me hagas daño y si que tienes en cuenta los sentimientos de los demás.
Omtor: Te aviso para que no pueda hacer nada de lo que crees que te protejo.
Lárismo: De acuerdo.
Omtor: Te dejo ya, que pases buenas noches aunque ya quedé poco para amanecer.
Lárismo colgó el teléfono y se apoyó en la barandilla y se puso a llorar por lo que le había dicho, en realidad si amaba a Omtor y quería que él también le amara, Lárismo no estaba de acuerdo con lo que dijo y quería que se diera cuenta de que es una buena persona y así poder estar con él. Vistráer salió también a la terraza y le encontró llorando como nunca le había visto hacer. Vistráer se acercó a él y le abrazó por detrás aunque Lárismo se dio la vuelta y siguió llorando en su hombro y le dijo:
Vistráer: No creo que le puedas olvidar tan fácilmente como te dije, quizá te lo dije demasiado tarde. Si él no siente nada por ti no creo que sea conveniente hacer lo contrario, tampoco puedes esconder tus sentimientos. Quiero que seas feliz y si es él el quieres que te haga feliz durante el resto de tu vida, te puedo ayudar a conseguirlo.
Lárismo: Gracias, gracias, gracias. ¿Cuántas veces te debo dar las gracias por ayudarme?
Vistráer: Ninguna, pero quiero que sepas una cosa. Si al final de todo, si él decide no entregarte se amor y te hace daño, quiero que cuentes conmigo. Soy tu amante pero también soy tu amigo.
Vistráer le secó las lagrimas con un pañuelo y le dijo:
Vistráer: Mañana te acompañaré a su casa y le dirás lo que sientes por él en persona. ¿De acuerdo?
Lárismo dejó de llorar y sonrío a Vistráer que, esta vez, le devolvió una sonrisa.
Siento tener q haber partido en 3 el capitulo, pero es que es demasiado largo pero de buena calidad, verdad? Os ha gustado?
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