Akuseru Maid Tai (AkuRoku)
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Akuseru Maid Tai (AkuRoku)
Akuseru Maid Tai
Capítulo 1
El joven hacía dos días que había recibido una noticia terrible: Su abuelo acababa de fallecer. Le había dejado al cargo de su ENORME mansión (era un abuelito rico), con lo que el joven tuvo que ponerse en camino. Dos días de camino en tren.
Al llegar a la mansión el chico se quedó boquiabierto: Tres, no, cuatro edificios se alzaban ante él de forma majestuosa, rodeados de enormes jardines y preciosas fuentes.
El joven no supo como reaccionar bien. Todo eso le pertenecía?? Su abuelo había sido tan rico??
Porque, debemos aclarar, que el joven que aquí veis se independizó de la familia al cumplir los diecisiete años (ahora tiene unos 23) y nunca había sabido demasiado sobre ellos. Por eso le sorprendió tanto descubrirse único heredero de la fortuna del abuelo. Se alborotó el cabello desconcertado.
Comenzó a caminar por la línia de bladosas que llevaba a la casa principal pero se detuvo ante una de las fuentes para mirarse bien. Llevaba el rojo cabello alborotado, casi imposible de peinar y sus ojos verdes brillaban de emoción e incredulidad. Se tocó con cuidado las mejillas. LLevaba una marca en cada una, fruto de alguna pelea callejera años atrás. Su ropa tampoco parecía de alguien que acababa de ser rico. Suspiró y continuó caminado.
Al llegar a la entrada se quedó de piedra. Allí le estaba esperando su tío, el hermano de su madre...Marluxia. Le miraba de arriba a abajo con cara de no estar muy complacido ante su presencia. Se echó hacia atrás el cabello rosáceo y saludó a su sobrino.
-Vaya, sí que ha pasado el tiempo, no, Axel? Estaba convencido que a estas alturas ya estarías muerto o algo por el estilo.-aquello pretendía ser un saludo cortés. Axel miró a su tío con ganas de asesinarlo. Pero en lugar de eso se dirigió al regente, un joven algo más joven que él, de mirada seria de ojos verdosos y cabello largo y plateado por los hombros. Éste lo miró con respeto y le saludó con una reverencia.-Bienvenido, le estábamos esperando. Mi nombre es Riku.
Comenzaron a enseñarle las casas de la mansión mientras el regente le explicaba todo lo que debía saber sobre su abuelo y su nuevo hogar.
-Debe de saber que ésta no es una mansión normal y corriente. Al ser tan sumamente enorme, su abuelo contrató a un gran número de asistentes...
-Transformando la mansión en una casa de sirvientes-aclaró Marluxia.
Axel se quedó de piedra.-Has dicho...casa de sirvientes?-su imaginación, peligrosa para alguien de su edad y preferencias comenzó a volar...pero volvió al mencionar Marluxia:-Sí, y también las hay mujeres, sobrinito.
A Axel le cayó una gotita por la nuca.
En ese momento comenzaron a aparecer sirvientes por doquier, sumamente encantados y encantadas de recibir al nuevo amo.
-Le serviremos en todo lo que desee!!-dijeron a coro, cosa que provocó un derrame sanguíneo-nasal en el pobre pelirrojo que casi lo deja roto en el suelo.
Marluxia lo miró con cara de ''no aguantarás ni dos días aquí'' y sonrió pérfidamente.
Axel se incorporó como pudo y les saludó, sonriendo de forma amable. Pero se fijó en que uno de ellos no le sonreía y ni siquiera se había acercado. Era más, se atrevía a pensar que no había participado en el grito colectivo. El muchacho en cuestión era algo pequeño, rubio de ojos azules y vestía, al igual que casi todos con el uniforme y el delantal, solo que el suyo era de color azul. El niño se giró con mirada fría y se metió dentro de la casa. La gran mayoria de sirvientes se había quedado mirando la situación y sonrieron con circunstancia.
-Él es Roxas. Es de los más antiguos aquí y uno de los más allegados a su difunto abuelo.-explicó Marluxia, que disfrutaba con la escena.
Axel se extrañó:-Pero si es muy joven...cómo puede ser de los más antiguos?
-Se crió aquí desde que nació. Sus padres trabajaban aquí.
-Anda...-Axel pareció comprender.
Riku le acompañó a sus nuevos aposentos, en dónde un tropel de maids discutían entre ellos/as para ver quién le ayudaba a acomodarse. ''esto es demasiado para ellos''pensó Riku''es la primera vez que tienen que servir a alguien atractivo'' supiró y puso orden designando a dos chicas y un chico. Ellas se llamaban Olette y Hanabi y vestían de rojo una, de azul la otra y el chico se llamaba Sora y vestía de verde claro.
Más tarde fue a observar e intentar conocer a todos los habitantes (sirvientes/as) de la mansión.
Se encontró de cara con Roxas que, al intentar saludarle, pasó a su lado como si no le hubiese visto, dejándole con un palmo de narices.
-...me parece...que no te caigo muy bien...-murmuró Axel, observando cómo el joven desaparecía tras la esquina.-No sé por qué...
Sora le presentaba, pacientemente, uno a uno a los sirventes y sirvientas. Habían jardineros y jardineras, limpiadores/as, cocineras, los que se encargaban del establo...cientos de personas, todos jovencitos y jovencitas.
Axel le preguntó a Sora si por casualidad sabía si Roxas era así de frío con todo el mundo. El joven de cabello castaño negó con la cabeza.
-Verás...para Roxas su abuelo era su única familia. Probablemente pensará que usted ha venido para suplantarlo o algo así. Y tiene un genio terrible.-se levantó la manga del vestido-Esto me lo hizo cuando éramos pequeños.
Axel se quedó sorprendido.-además-añadió Sora.-No suele hablar mucho con los demás. Siempre suele estar solo...
El pelirrojo se quedó pensando en lo que le había dicho Sora. -Muy bien! Pues me haré amigo suyo!!-se autodeclaró:-Y quien sabe si algo más- se ruborizó.
Tras varios intentos de abordaje al rubio, éste se le encaró con el rostro crispado:-Oigame muy bien, porque no lo repetiré: No me gusta, me cayó mal desde que llegó con sus aires de superioridad y su arrogancia y no puedo soportar cómo va mirándonos!! Es usted un pervertido! Buenos días.-dicho eso, se marchó a la cocina con la cabeza muy digna. Axel se quedó (de nuevo) con un palmo de narices.
-...Creo que ya entiendo lo que le pasa...
Roxas, completamente encendido, mientras cocinaba se cortó. Allí, una de sus pocas amigas lo curó y le recomendó que se tranquilizase. Que no juzgara mal al nuevo joven amo... pero Roxas se enfadó con ella y se dirigió a hacer otras tareas. Ella se lo quedó mirando pensativa.
Tras pasar varios días aprendiendo (de la mano de su tío) cómo dirigir el lugar, Axel tuvo una idea.
Esperó a que el joven rubio terminase de ordenar el salón y se acercó a él. Roxas lo miró interrogativamente pero sin fiarse un pelo.
-Escucha, Roxas...qué te parecería si hablase con mi tío y los demás y os cambiasemos los uniformes?
La mirada de Roxas en aquél momento pareció romper las paredes. Giró la cabeza:-Los uniformes no tienen nada de malo, lo que pone de los nervios es que vayas echando la baba cada vez que pasas cerca de nosotros. Nos cuesta mucho limpiar todo el suelo, sabes?-dijo, con cierto aire de burla. Axel no pudo evitar sonreir. Lo acorraló cerca de la pared y puso sus brazos en la misma para que no pudiese escapar:-Si eso es lo que te molesta, bien podrías ir sin el uniforme...-susurró con el rostro muy cercano al suyo. Roxas lo miró inquieto. Sonrió de manera muy provocadora:-Acaso eso es...una orden, mi amo?-preguntó. Axel se puso muy a tono y tragó saliva. Pero antes de poder responder nada:
-Eso te gustaría, eh PERVERTIDO!?-Roxas le dió tal patada en donde suena que el pelirrojo tuvo que agarrarse para no caer al suelo, viendolo todo de lucecitas y estreliitas. Roxas se escabulló y se alejó unos pasos.-Puedo hablar con el gerente. Que seas el amo no significa que puedas hacer todo lo que te plazca.-dicho eso, se marchó muy indignado.
Otras sirvientas que pasaban por ahí y vieron la escena se tapaban la boca con las manos y corrieron a ayudar al pelirrojo.
''Dios!! que sexy es este chiquillo!''pensó, aún agarrandose su parte dolida del cuerpo. ''Tengo que conseguir que me acepte...como sea!''
Mientras, varias de las chicas reprendían a Roxas de forma ofensiva e indignadas: -Cómo puedes ser así? No ves que le molas mucho? Cómo puedes rechazarle de ese modo? Ya quisieramos muchas...
-Si a vosotras os parece bien que os vayan desnudando (y quién sabe que más) con la mirada cada vez que pasáis por su lado, allá vosotras-se giró a los chicos-Por vosotros también va. Ese tío no me quiere.-decidió, impasible. Ellas se quedaron mirandole enfadadas.
Mientras, Marluxia pensaba cómo arrebatarle a su sobrino el poder sobre ese lugar. Su gran sueño, lo aclararemos aquí, era conseguir montar un harén con todas jovencitas maids del lugar. Dejando a un lado sus perversiones...
Al pasar varias semanas, Axel no había vuelto a mencionar el tema a Roxas, y poco a poco dejaba de ser tan frío con él (eran imaginaciones suyas u.u)
Roxas, por su parte, había comenzado a pensar en el pelirrojo de un modo más subjetivo. Pero aún seguía siendo muy frío con él. Algo en su interior le decía que no lo gustaba. No lo podía evitar.
Así, fue pasando el tiempo.
Capítulo 1
El joven hacía dos días que había recibido una noticia terrible: Su abuelo acababa de fallecer. Le había dejado al cargo de su ENORME mansión (era un abuelito rico), con lo que el joven tuvo que ponerse en camino. Dos días de camino en tren.
Al llegar a la mansión el chico se quedó boquiabierto: Tres, no, cuatro edificios se alzaban ante él de forma majestuosa, rodeados de enormes jardines y preciosas fuentes.
El joven no supo como reaccionar bien. Todo eso le pertenecía?? Su abuelo había sido tan rico??
Porque, debemos aclarar, que el joven que aquí veis se independizó de la familia al cumplir los diecisiete años (ahora tiene unos 23) y nunca había sabido demasiado sobre ellos. Por eso le sorprendió tanto descubrirse único heredero de la fortuna del abuelo. Se alborotó el cabello desconcertado.
Comenzó a caminar por la línia de bladosas que llevaba a la casa principal pero se detuvo ante una de las fuentes para mirarse bien. Llevaba el rojo cabello alborotado, casi imposible de peinar y sus ojos verdes brillaban de emoción e incredulidad. Se tocó con cuidado las mejillas. LLevaba una marca en cada una, fruto de alguna pelea callejera años atrás. Su ropa tampoco parecía de alguien que acababa de ser rico. Suspiró y continuó caminado.
Al llegar a la entrada se quedó de piedra. Allí le estaba esperando su tío, el hermano de su madre...Marluxia. Le miraba de arriba a abajo con cara de no estar muy complacido ante su presencia. Se echó hacia atrás el cabello rosáceo y saludó a su sobrino.
-Vaya, sí que ha pasado el tiempo, no, Axel? Estaba convencido que a estas alturas ya estarías muerto o algo por el estilo.-aquello pretendía ser un saludo cortés. Axel miró a su tío con ganas de asesinarlo. Pero en lugar de eso se dirigió al regente, un joven algo más joven que él, de mirada seria de ojos verdosos y cabello largo y plateado por los hombros. Éste lo miró con respeto y le saludó con una reverencia.-Bienvenido, le estábamos esperando. Mi nombre es Riku.
Comenzaron a enseñarle las casas de la mansión mientras el regente le explicaba todo lo que debía saber sobre su abuelo y su nuevo hogar.
-Debe de saber que ésta no es una mansión normal y corriente. Al ser tan sumamente enorme, su abuelo contrató a un gran número de asistentes...
-Transformando la mansión en una casa de sirvientes-aclaró Marluxia.
Axel se quedó de piedra.-Has dicho...casa de sirvientes?-su imaginación, peligrosa para alguien de su edad y preferencias comenzó a volar...pero volvió al mencionar Marluxia:-Sí, y también las hay mujeres, sobrinito.
A Axel le cayó una gotita por la nuca.
En ese momento comenzaron a aparecer sirvientes por doquier, sumamente encantados y encantadas de recibir al nuevo amo.
-Le serviremos en todo lo que desee!!-dijeron a coro, cosa que provocó un derrame sanguíneo-nasal en el pobre pelirrojo que casi lo deja roto en el suelo.
Marluxia lo miró con cara de ''no aguantarás ni dos días aquí'' y sonrió pérfidamente.
Axel se incorporó como pudo y les saludó, sonriendo de forma amable. Pero se fijó en que uno de ellos no le sonreía y ni siquiera se había acercado. Era más, se atrevía a pensar que no había participado en el grito colectivo. El muchacho en cuestión era algo pequeño, rubio de ojos azules y vestía, al igual que casi todos con el uniforme y el delantal, solo que el suyo era de color azul. El niño se giró con mirada fría y se metió dentro de la casa. La gran mayoria de sirvientes se había quedado mirando la situación y sonrieron con circunstancia.
-Él es Roxas. Es de los más antiguos aquí y uno de los más allegados a su difunto abuelo.-explicó Marluxia, que disfrutaba con la escena.
Axel se extrañó:-Pero si es muy joven...cómo puede ser de los más antiguos?
-Se crió aquí desde que nació. Sus padres trabajaban aquí.
-Anda...-Axel pareció comprender.
Riku le acompañó a sus nuevos aposentos, en dónde un tropel de maids discutían entre ellos/as para ver quién le ayudaba a acomodarse. ''esto es demasiado para ellos''pensó Riku''es la primera vez que tienen que servir a alguien atractivo'' supiró y puso orden designando a dos chicas y un chico. Ellas se llamaban Olette y Hanabi y vestían de rojo una, de azul la otra y el chico se llamaba Sora y vestía de verde claro.
Más tarde fue a observar e intentar conocer a todos los habitantes (sirvientes/as) de la mansión.
Se encontró de cara con Roxas que, al intentar saludarle, pasó a su lado como si no le hubiese visto, dejándole con un palmo de narices.
-...me parece...que no te caigo muy bien...-murmuró Axel, observando cómo el joven desaparecía tras la esquina.-No sé por qué...
Sora le presentaba, pacientemente, uno a uno a los sirventes y sirvientas. Habían jardineros y jardineras, limpiadores/as, cocineras, los que se encargaban del establo...cientos de personas, todos jovencitos y jovencitas.
Axel le preguntó a Sora si por casualidad sabía si Roxas era así de frío con todo el mundo. El joven de cabello castaño negó con la cabeza.
-Verás...para Roxas su abuelo era su única familia. Probablemente pensará que usted ha venido para suplantarlo o algo así. Y tiene un genio terrible.-se levantó la manga del vestido-Esto me lo hizo cuando éramos pequeños.
Axel se quedó sorprendido.-además-añadió Sora.-No suele hablar mucho con los demás. Siempre suele estar solo...
El pelirrojo se quedó pensando en lo que le había dicho Sora. -Muy bien! Pues me haré amigo suyo!!-se autodeclaró:-Y quien sabe si algo más- se ruborizó.
Tras varios intentos de abordaje al rubio, éste se le encaró con el rostro crispado:-Oigame muy bien, porque no lo repetiré: No me gusta, me cayó mal desde que llegó con sus aires de superioridad y su arrogancia y no puedo soportar cómo va mirándonos!! Es usted un pervertido! Buenos días.-dicho eso, se marchó a la cocina con la cabeza muy digna. Axel se quedó (de nuevo) con un palmo de narices.
-...Creo que ya entiendo lo que le pasa...
Roxas, completamente encendido, mientras cocinaba se cortó. Allí, una de sus pocas amigas lo curó y le recomendó que se tranquilizase. Que no juzgara mal al nuevo joven amo... pero Roxas se enfadó con ella y se dirigió a hacer otras tareas. Ella se lo quedó mirando pensativa.
Tras pasar varios días aprendiendo (de la mano de su tío) cómo dirigir el lugar, Axel tuvo una idea.
Esperó a que el joven rubio terminase de ordenar el salón y se acercó a él. Roxas lo miró interrogativamente pero sin fiarse un pelo.
-Escucha, Roxas...qué te parecería si hablase con mi tío y los demás y os cambiasemos los uniformes?
La mirada de Roxas en aquél momento pareció romper las paredes. Giró la cabeza:-Los uniformes no tienen nada de malo, lo que pone de los nervios es que vayas echando la baba cada vez que pasas cerca de nosotros. Nos cuesta mucho limpiar todo el suelo, sabes?-dijo, con cierto aire de burla. Axel no pudo evitar sonreir. Lo acorraló cerca de la pared y puso sus brazos en la misma para que no pudiese escapar:-Si eso es lo que te molesta, bien podrías ir sin el uniforme...-susurró con el rostro muy cercano al suyo. Roxas lo miró inquieto. Sonrió de manera muy provocadora:-Acaso eso es...una orden, mi amo?-preguntó. Axel se puso muy a tono y tragó saliva. Pero antes de poder responder nada:
-Eso te gustaría, eh PERVERTIDO!?-Roxas le dió tal patada en donde suena que el pelirrojo tuvo que agarrarse para no caer al suelo, viendolo todo de lucecitas y estreliitas. Roxas se escabulló y se alejó unos pasos.-Puedo hablar con el gerente. Que seas el amo no significa que puedas hacer todo lo que te plazca.-dicho eso, se marchó muy indignado.
Otras sirvientas que pasaban por ahí y vieron la escena se tapaban la boca con las manos y corrieron a ayudar al pelirrojo.
''Dios!! que sexy es este chiquillo!''pensó, aún agarrandose su parte dolida del cuerpo. ''Tengo que conseguir que me acepte...como sea!''
Mientras, varias de las chicas reprendían a Roxas de forma ofensiva e indignadas: -Cómo puedes ser así? No ves que le molas mucho? Cómo puedes rechazarle de ese modo? Ya quisieramos muchas...
-Si a vosotras os parece bien que os vayan desnudando (y quién sabe que más) con la mirada cada vez que pasáis por su lado, allá vosotras-se giró a los chicos-Por vosotros también va. Ese tío no me quiere.-decidió, impasible. Ellas se quedaron mirandole enfadadas.
Mientras, Marluxia pensaba cómo arrebatarle a su sobrino el poder sobre ese lugar. Su gran sueño, lo aclararemos aquí, era conseguir montar un harén con todas jovencitas maids del lugar. Dejando a un lado sus perversiones...
Al pasar varias semanas, Axel no había vuelto a mencionar el tema a Roxas, y poco a poco dejaba de ser tan frío con él (eran imaginaciones suyas u.u)
Roxas, por su parte, había comenzado a pensar en el pelirrojo de un modo más subjetivo. Pero aún seguía siendo muy frío con él. Algo en su interior le decía que no lo gustaba. No lo podía evitar.
Así, fue pasando el tiempo.
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